miércoles, 29 de abril de 2015

Bloque 3. La hora del cuento!

La actividad de este bloque consistía en ponernos en grupos de tres personas para dividirnos tres distintos tipos de actividades: cuentacuentos, narración con libro, y lectura; después de esto se realizó un taller cooperativo en que se pone en común cada una de las tres estrategias preparadas. Lo hicimos a sorteo y me tocó lectura, así que en seguida me puse a pensar que cuento podría ser adecuado para llevar a cabo esta tarea.                                                    

A continuación, me gustaría explicar a modo de introducción, cómo llegué a tomar la decisión de la elección de mi cuento. Me acordé por casualidad, que en mi primera actividad, el cuento que me tocó era de ediciones Ekaré, y recordé que al buscar información acerca de la editorial, vi otros muchos cuentos que me llamaron mucho la atención. Fue por ello que decidí buscar de nuevo, y allí encontré un cuento que me resultó la mar de interesante, no dudé y pensé que ese cuento me podría ayudar mucho para desarrollar correctamente la actividad. Así se lo expliqué también a todos los grupos por los que fui pasando, pues me parecía importante a la vez que interesante que supieran cómo había llegado a hacer mi elección.
Por supuesto, detrás de la elección hubo una preparación. Leí el cuento varias veces, e incluso se lo leí a mi hermana, siempre es mejor que alguien te observe desde fuera y así te pueda dar algunos consejos.
El cuento se llama “CONEJO Y SOMBRERO”. La autora es Verónica Álvarez, y la ilustradora, Mariana Ruiz Johnson. Es un cuento perfecto para desarrollar la estrategia de lectura ya que está escrito en verso y cuenta con un excelente ritmo además de rimas, ideal para los niños. No es muy largo, al contrario es llevadero, entretenido y también divertido, ya que cuenta con algo de humor.                                                                                                                                             Viene además acompañado de unas imágenes muy llamativas, muy coloridas y bonitas que se pueden enseñar a los niños para que así sigan mejor la historia después de leer el cuento para comentarlas o bien al finalizar de leer cada página. En definitiva, me pareció un cuento ideal para contar y compartir con mis compañeros, y como no, con los niños en un aula de infantil. 




Aprovecho para decir que la edad que he elegido para leer el cuento es para niños de 5 años, pues al ser en verso y al contar con rimas, el texto se hace algo más complicado para niños de menor edad. Además de eso, al ser un cuento leído y no contado, no puedes enseñar imágenes a la vez que contarlo, señalar, o incluso cambiar palabras.
A modo de pequeño resumen, y para introduciros un poco en la historia, conejo y sombrero nos cuenta como un conejo sale de paseo un día y se tropieza con un sombrero negro y elegante. No puede parar de pensar en la suerte que tiene de haber encontrado ese sombrero, pero se llevará una sorpresa aún mayor cuando descubre que al meter la mano… salen animales de dentro!


Comienza el taller y nos reunimos en los grupos originales. Llega mi turno e intento hacerlo lo mejor que puedo. En general mis compañeras Paola e Irene me felicitan, aunque es cierto que al ser la primera vez hay cosas que se pueden mejorar, y he de decir que recibí positivamente los comentarios de mis dos compañeras, y en los otros dos grupos por los que pasé luego no tuvieron ninguna queja.
Estos son los comentarios de mis compañeras (FEEDBACK):
-          Como aspectos positivos me dijeron que estaba muy bien informada sobre el cuento que había elegido, además ponía buena entonación e incluso imitaba las voces del conejo. Muy bien también la mirada, no me centraba en una sino que me preocupaba por mirar a las dos, esto me parece importante, todos los niños deben sentirse introducidos en el ambiente y saber que va dirigido a todos y cada uno de ellos. No se trata de limitarse a leer sin quitar la mirada de las páginas, hay que levantar la mirada de vez en cuando, y esto también nos da pistas sobre qué les está pareciendo a los niños el cuento, sus caras lo dicen todo.   Utilizaba expresiones corporales a través de gestos con las manos, con la boca, etc. Por último que si había alguna palabra complicada, en el mismo momento de leerla la explicaba o ponía algún sinónimo.

-          Como aspectos a mejorar me dijeron que tal vez sería mejor enseñar las imágenes al terminar de leer cada página en lugar de al final de la historia, así es mucho más fácil seguirla, y no da opción a perderse además de que se hace más entretenido. Por último, cuidar que el cuento no te tape la boca, pues se puede entorpecer el sonido y además es bueno que ellos vean todo el rostro.

Con todos estos consejos, pude hacerlo mucho mejor en las siguientes veces. Y además no solo eso, sino que me hizo darme cuenta de fallos que parecen pequeños pero que son muy relevantes, pues una tarea tan simple como puede ser leer un cuento, se da uno cuenta de que lleva tras de sí un tiempo de preparación.
Por supuesto, para el día de mañana hacerlo delante de los niños, tendré en cuenta todos estos detalles, tanto positivos como negativos. Tendré en cuenta el volumen, el tono de voz, el énfasis que hay que poner ayudado con los gestos para aumentar el interés. Intentaré que los niños vivan intensamente cada una de las historias, que quieran que vuelva a leer el cuento, porque así me daré cuenta que realmente les ha gustado.                                                                                                                                  
Después de leer el cuento comentaría con ellos las imágenes, les preguntaría que les ha parecido, qué es lo que más les ha gustado, o qué personaje les ha gustado más y por qué. En este cuento en concreto preguntaría ¿Os gustaría encontraros un sombrero? ¿Qué haríais con él?.
Una vez más, una actividad que además de encantarme me ha servido de gran ayuda. Me parece una actividad en la que todo el mundo participa, todos nos involucramos porque aquí nadie puede quedar al margen. Es además enriquecedor, porque compartimos y ponemos en común. Tenemos nuestro momento de ser protagonistas, de explayarnos al máximo, con la enorme suerte de recibir un feedback; pero también tenemos que asumir el papel de oyentes, de escuchar a los compañeros y aportarles algún consejo que seguramente tendrán en cuenta y agradecerán haber escuchado.

domingo, 12 de abril de 2015

Actividad 2. Adaptación de “La princesa y los 7 bandoleros”

     “LA PRINCESA Y LOS SIETE GUERREROS VALIENTES”

Atención, atención, que comienza la función!

Érase una vez…. En un reino muy lejano… situado cerca de unas montañas, vivía un rey con su hija Anabel a la que quería por encima de todo. El poco tiempo que tenía lo pasaba con su hija, jugaba con ella, le leía cuentos, y le traía regalos de sus viajes.                                                                                                La madre de Anabel murió de una enfermedad cuando ella aún era muy pequeña, así que su padre, tras el paso de algunos años, se había casado con una mujer muy bella por fuera pero malvada por dentro.

Cuando Anabel era pequeña, su madrastra no le hacía mucho caso, tenía cosas más importantes de las que ocuparse, así que Anabel pasaba la mayor parte del tiempo jugando con sus niñeras. Sin embargo, pasaron los años y Anabel se convirtió en una muchacha preciosa y amable a la que todo el pueblo quería. A la madrastra le dio mucha envidia, y decidió inmediatamente llamar a un soldado en el que confiaba para que se llevara a princesa del reino y la encerrara entre rejas para que así nadie pudiera volver a verla ni quererla más que a ella.

Pero el soldado, era muy bueno, quería a la princesa tanto como la quería toda la gente del reino y la había visto crecer. Pensó que jamás podría perdonarse si le hacía algo malo a aquella maravillosa princesa, así que se le ocurrió una gran idea, la llevó a las montañas donde jamás nadie la encontraría, y la dejó ir diciéndole que encontrara un nuevo hogar. Eso sí, le pidió que nunca volviera al reino.

La princesa caminó día y noche durante varias semanas, solo comía lo que encontraba por el camino y se refugiaba en algunas cuevas. Estaba ya muy cansada, hambrienta y con mucho frío cuando de pronto encontró una cueva en el otro lado de la montaña con una luz brillante al final. Allí encontró a un joven sentado alrededor de un fuego cocinando. Al principio el joven se asustó:

-¿Quién eres? Le dijo él.

-Tranquilo, tranquilo, sólo quiero algo de comer y un sitio donde dormir, que hace mucho frío. Llevo mucho tiempo caminando y no recuerdo quién soy, ni mi nombre ni de dónde vengo, respondió ella.

-Bueno vale, siéntate aquí conmigo hasta que vengan mis hermanos.

Al anochecer, llegaron al fin los hermanos del chico. El más joven de ellos, era el más listo y el que dirigía el grupo de hermanos que se hacían llamar “guerreros valientes” por la historia que habían sufrido en sus vidas. Se sentaron alrededor del fuego, y le contaron a la princesa su historia.

-Anabel, este es nuestro escondite. Aquí guardamos todo lo que tenemos, nuestras riquezas que es todo lo que robamos. No tenemos otra opción, porque hace unos años, en el valle donde nosotros vivíamos, mandaba un gobernador que quitaba todo lo que quería y se lo llevaba todo para él. A nosotros nos lo quitó todo, incluso se llevó a nuestros padres prisioneros y ya no nos queda nada. Por eso robamos, para sobrevivir y para dar cosas también a la gente más pobre. Desde entonces nos escondemos, porque nos está buscando por todos lados.

-Si quieres puedes unirte a nosotros, sino deberás marcharte puesto que ya conoces nuestro escondite y no puedes contárselo a nadie. Le ofrecieron.

-¿Y por qué no habéis hablado con el rey? Preguntó ella.

-El rey nunca nos creería porque el gobernador es amigo suyo y a nosotros no nos conoce de nada. Contestaron ellos.

La princesa no se lo pensó dos veces, decidió quedarse a vivir con ellos porque no tenía ningún sitio a donde ir.

Con el paso de los años, la princesa ya se sentía muy cómoda con los “guerreros valientes”. y fue aprendiendo poco a poco de todo lo que ellos le enseñaban. La trataban como una más y la defendían por encima de todo. El más joven, Carlos, se fue enamorando de ella y se lo contó a sus hermanos.

Un día, mientras Anabel estaba en la cueva preparando la comida para cuando llegaran los guerreros, vió que llegaron solo tres de los siete hermanos, y Carlos era uno de los prisioneros. Los soldados del rey se habían llevado al resto de los hermanos y estaban prisioneros en el castillo.
Anabel, muy preocupada, dijo que prepararan los caballos que se iban a rescatar a los hermanos al reino. Irían hasta el castillo, y los rescatarían. Los guerreros estaban un poco asustados, pensaban que el rey los capturaría enseguida, pero siguieron a la princesa y atravesaron las montañas en dirección al reino.

Cuando llegaron allí, se les acercó un soldado, que enseguida reconoció a la princesa y le dijo.
-¿Qué haces aquí?

-He venido a ver a mi padre el rey. Dijo ella.

El soldado fue a hablar con el rey para decirle que su hija Anabel había vuelto y quería hablar con él. El rey al principio no se lo creía, puesto que él pensaba que su hija había muerto hacía muchos años. Pero al final, dio permiso al soldado para que la dejara pasar.

-Hola papá, soy yo, tu hija Anabel.

 Empezó a recordarle cosas que ellos hacían juntos y que solo ella podía saber. Y además le enseñó su amuleto de la suerte, uno que él le había traído de uno de sus viajes.
El rey, impresionado, comprendió que decía la verdad, y comenzó a llorar de alegría por poder volver a ver a su hija. La abrazó y le prometió que jamás volvería a separarse de ella. Se pasaron la noche hablando. Ella le contó la historia de la malvada madrastra que quería encerrarla, y de cómo el soldado y los siete guerreros valientes algunos de los cuales tenía prisioneros le habían salvado la vida.
El rey, escuchando todo lo que su hija le decía, decidió encerrar a la madrastra y al gobernador y liberar a los guerreros tan valientes que habían salvado a su hija. Les dio trabajo en la guardia del castillo. También le contó a su padre, que durante todos esos años se había enamorado de Carlos, y le pidió que si Carlos quería, si podrían casarse.

-Claro! Respondió el padre. Es un chico muy guapo y sano.
Tuvieron una preciosa boda, y fueron los mejores reyes que el reino podía tener. Bondadosos y fieles con el pueblo. Todos fueron muy felices y vivieron en paz y armonía para siempre.

COLORÍN, COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO!

ADAPTACIONES:

“Cuando se piensa en literatura infantil es importante considerar que se trata de un público lector heterogéneo, pues hay que tener en cuenta que los niños en esas edades se encuentran en una etapa de desarrollo diferente, con unas características diferentes”.

Por ello, es importante que especifique que he decidido adaptar la historia de “La princesa y los siete bandoleros” a la edad de cinco-seis años ya que considero que en esta edad poseen un vocabulario más extenso y son capaces de prestar atención a una historia más larga, según Piaget, etapa preoperacional. En esta edad les gustan los cuentos, historias con estructura narrativa bien definida, con historias definidas en tiempo y lugar y con roles bien definidos. Por eso mismo, al principio de la historia cito “hace mucho tiempo” y “en un reino muy lejano”, para que desde un primer momento sepan situarse en la historia.

Además también me he informado de que en los niños con cinco y seis años “la imaginación está más desarrollada y los niños aprecian los cuentos de reyes, reinas, y otros personajes fantásticos” con lo cual considero que esta historia se adapta perfectamente a la edad.

Finalmente, he elegido esta etapa porque según Piaget están en lo que se llama periodo intuitivo o de transición, y el pensamiento racional se perfecciona en este periodo.

Algunos de los cambios que he realizado son:
-He cambiado un poco el principio con la frase “atención, atención que comienza la función!” porque durante mi estancia en las prácticas este año me enseñaron que es una frase que capta mucho la atención de los niños para mantener la atención durante un cuento o una historia. Aparte de esa frase, del principio también he introducido algunos cambios cuando explico que la madre de Anabel muere por una enfermedad en lugar de en el parto, pues me parece que es más fácil de comprender.                                          
Tampoco he especificado “Sierra Morena”, he dicho en un lugar muy lejano cerca de las montañas porque es cierto que las montañas son relevantes en la historia pero prefiero que ellos imaginen un paisaje que ellos quieran.

-Aunque he dado nombre a los mismo personajes que en la versión original, he cambiado el de la princesa Rosalinda por Anabel. El resto de personajes no tienen nombre, aquí dejamos hueco a la imaginación de cada niño.

-Tampoco me parecía muy adecuado que la madrastra mandara despeñar a la princesa, por eso lo he cambiado por encerrar.

-Para añadir un toque más interesante y sentimental a la historia, he decidido llamar a los siete hermanos, “guerreros valientes” por superar los obstáculos que superaron a lo largo de su vida, historia que los guerreros cuentan a la princesa. Quito aquí también la parte en que matan a los padres, y lo cambio por prisioneros.

-En el final he añadido que para que el rey reconociera a su hija, ella no solo le habló de cosas que hacían juntos que solo ella pudiera saber, sino que para que quede más explícito, he añadido que ella también le enseña su amuleto favorito que él mismo le trajo de uno de sus viajes. De este modo, no queda ninguna duda de que el rey reconoce a la princesa como hija suya.

-Para finalizar, he añadido que el rey encierra a la madrastra y al gobernador también para que todos los personajes que aparecen en la historia tengan algún final.

WEBGRAFÍA:

-Grabación del cuento “La princesa y los siete bandoleros”.
-Apuntes de Literatura Infantil Tema 2, textos folclóricos
-ecuentos.com (cuentos infantiles para cada edad)
-mibebeyyo.com (qué cuentos leer al niño según su edad)